La tarde de este domingo, la tormenta tropical Milton se transformó en un huracán de categoría 1. A pesar de su distancia de las costas del país, se anticipa que en las próximas horas se registren lluvias intensas en seis estados de la República.
Según el pronóstico de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), las entidades afectadas por estas precipitaciones son: Veracruz, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, y las costas de Tamaulipas y Yucatán. Se espera que las lluvias vengan acompañadas de descargas eléctricas, ráfagas fuertes de viento y granizo. Esta situación podría provocar deslaves, un aumento en los niveles de ríos y arroyos, así como desbordamientos e inundaciones en áreas bajas. Por lo tanto, se hace un llamado a la población para que preste atención a los avisos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y siga las recomendaciones de Protección Civil.
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Pronóstico de Intensificación
El Centro de Huracanes de Estados Unidos (NHC) advierte que el huracán Milton podría intensificarse en los próximos días, convirtiéndose en uno de gran magnitud. Se estima que tocará tierra a mediados de la próxima semana en la costa oeste del estado de Florida, una región que ya sufrió las consecuencias del huracán Helene hace pocos días.
Deanne Criswell, directora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), declaró en el programa “This Week” de ABC que las autoridades federales se encuentran “absolutamente preparadas” para enfrentar los efectos de esta nueva tormenta.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha elevado a 51 el número de condados que han sido declarados en estado de emergencia ante la llegada de Milton.
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Consecuencias de Helene
Cabe recordar que el huracán Helene impactó la costa de Florida como tormenta de categoría 4 el 26 de septiembre, dejando un tendón de destrucción tierra adentro hasta las montañas de los Apalaches. Las lluvias torrenciales y las inundaciones repentinas afectaron a ciudades remotas en estados como Carolina del Norte, causando más de 220 muertes, lo que lo convierte en el desastre natural más mortífero en el país desde el huracán Katrina en 2005. La cifra de fallecidos continúa en aumento.
Los socorristas siguen trabajando arduamente para localizar supervivientes y restablecer el suministro de electricidad y agua potable a las comunidades montañosas que permanecen aisladas debido a la devastación.