Un reciente estudio del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, respaldado por el Departamento de Energía (DOE) de Estados Unidos, sugiere que el consumo energético de los centros de datos podría casi triplicarse en los próximos años. Se estima que para 2028, estos centros podrían consumir entre 74 y 132 gigavatios, lo que representaría entre el 6.7% y el 12% del total de electricidad utilizada en el país.
Crecimiento impulsado por la inteligencia artificial
Este aumento en la demanda energética está estrechamente relacionado con la creciente adopción de la inteligencia artificial (IA). A medida que las empresas tecnológicas implementan soluciones basadas en IA, los centros de datos requieren chips más potentes, como las unidades de procesamiento gráfico (GPU), que son esenciales para manejar las cargas computacionales intensivas que estas aplicaciones demandan.
Avi Shultz, director de la Oficina de Eficiencia Industrial y Descarbonización del DOE, señaló que este informe subraya la importancia de comprender cómo la expansión de los centros de datos dedicados a la IA está moldeando el futuro del consumo energético en EE. UU.
Implicaciones para la infraestructura energética
El estudio destaca que el crecimiento proyectado podría llevar a un consumo anual de energía de hasta 580 teravatios-hora (TWh) para 2028. Este incremento plantea serios desafíos para las infraestructuras eléctricas existentes, ya que se necesitarán adaptaciones significativas para satisfacer esta demanda creciente.
El DOE está considerando varias estrategias para mitigar los efectos del aumento del consumo energético, incluyendo la implementación de baterías de larga duración en los centros de datos y la exploración de nuevas tecnologías energéticas, como reactores nucleares pequeños y sistemas avanzados de energía geotérmica.
Retos y oportunidades
La rápida evolución del sector tecnológico y su impacto en el consumo energético resaltan la necesidad urgente de innovaciones en la gestión energética. Las autoridades están trabajando para anticipar cómo este aumento afectará no solo las facturas eléctricas, sino también el medio ambiente y el clima.
El informe del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley pone de relieve un cambio significativo en la dinámica del consumo energético en EE. UU., impulsado por la inteligencia artificial y el crecimiento exponencial de los centros de datos.